El martes en la noche, hable con Alfonso por telefono. El pobre esta hasta el full de actividades, pues es corrdinador academico de una secundaria, ademas de ayudar en la parroquia local (tiene estudios de teologia, y es ex seminarista; entonces algo ha de saber del tema).
El pobre estaba algo apenado porque nos quedamos de ver hace ya casi dos semanas y no se pudo por la carga de trabajo que esta manejando.
Respecto a su fe, parece ser que regresara al seminario, pero todavia no lo decide, a pesar de tener excelentes ofertas. Alfonso reflexionaba sobre como llevaria su vida, pues no puede negar lo que es, pero su fe tambien es fuerte. Tambien lo dejo pensando en las situaciones que esta viviendo; antes, cuando podia tomar la decision de regresar al seminario, tomar los votos y dedicarse a la vida monastica no le llegaron ofertas. Y ahora, que nos conocemos, que se han despertado los instintos y que tengo un peso hasta cierto nivel importante en su vida, le llegan proposiciones excelentes para tomar los votos.
Seguimos hablando, y de la vocacion, pasamos a la vida comun. Me dijo que habia conocido a varios tipos que viven cerca de su casa, y que habia salido con ellos. Me sorprendió la noticia, y hasta cierto punto me llenó de celos, pues no me lo esperaba. Sin embargo, el me comento lo siguiente: "Cada vez que conozco a alguien, que lo veo, y que se que podria empezar algo pienso: "Bueno... y Adolfo, ¿Donde queda?"". Me halago mucho, y me encanto que me lo expresara. Tambien me dijo que si decide no reingresar al seminario, le encantaria que vivieramos juntos. Aqui me quedo pensando en cuanto me quiere. Es un tipazo, no por el fisico, sino por lo que es.
Esta llamada me dejo pensando en varias cosas. Despues de colgar, me tomo como dos segundos darme cuenta de que lo quiero al mismo nivel que el a mi, pero aun no me siento listo como para emprender algo asi de formal, y no por falta de ganas, sino porque temo no dar lo mismo. Y en este caso es una situacion crucial y lo que se arriesga es demasiado valioso para mi.; estoy poniendo en juego una de las mejores amistades de mi vida.
Despues, ya solo, en mi cama, en donde he tomado las mejores decisiones de mi vida, y me he dado cuenta de infinidad de cosas (si mi cama hablara, que no diria), me di cuenta de que me doleria infinitamente que reingresara al seminario, pero que realmente quiero apoyarlo, y no quiero influir en su decision, sobre todo porque es algo importante para mi, y si se me hace muy ojete el meterme en ese tipo de decisiones, por mas que quiera a la gente, no creo que sea la manera mas adecuada de demostrarle a alguien tu cariño, el meterte en su vida a ese grado.
Como dijera Benny en una cancion: "Parece ser sencillo, pero no se como decirte de mi amor por ti". Eso me pasa con Alfonso.
En la llamada, quedamos de acuerdo para vernos el miercoles en la tarde, lo cual llevamos a buen termino. Ahi le dije lo que sentia lo que el me pregunto si me queria aventar. Yo le dije que me daba miedo, que aun no estaba listo. Me sentia mal por eso, sentia como si le hubiera fallado. El lo tomo bien. El martes que hablamos me senti culpable de serle "infiel", esto por la vida sexual tan activa que llevo. El me dijo que esa es mi naturaleza, que lo acepta, y que no me pide que la cambie. Me tranquilizo, pues me acepta tal cual soy, y eso me agrada. Lo quiero, pero no me quiero aventar. No quiero que me rompan el alma y el corazon de nuevo. Tengo miedo. Mucho miedo.