En el Salón de Beijing VW presentó dos modelos exclusivos de este país. ¿De dónde vienen y a dónde van?
Durante el 2007, VW se logró consolidar en China como el productor foráneo más fuerte, al acaparar el 17.1% del mercado (780,000 unidades). Al mismo tiempo, China se convirtió en el segundo mercado más importante de VW, justo por detrás de Alemania. Además de la fuerte presencia que tienen VW y sus marcas filiales en este país, algunos de los modelos que ya salieron de producción son construidos ahí por marcas locales y bajo licencia. Sobra decir que VW goza de una excelente reputación y madurez en este país.
Todo esto suena muy bien para la marca germana, pero visto en contexto, la buena posición de VW podría ser amenazada ante la llegada de más firmas de alrededor del mundo y de las crecientes marcas chinas. Ante eso, la respuesta de Wolfsburg ha sido desarrollar nuevos productos exclusivos para este mercado. No se trata de gustos y tampoco es una cuestión de diseño; la razón por la que existen estos autos es por que las diferentes culturas y poblaciones del mundo tienen distintas necesidades y la china no es la excepción. Si Volkswagen quiere mantener su posición como uno de los líderes y mejor aún, si tiene planeado escalar hasta la cima, es imperativo que se produzcan autos enfocados al estilo de vida del país de oriente.
Por eso, durante el Auto China en Beijing, VW presentó el Lavida y la versión local del Bora. Ambos están construidos sobre la actual plataforma del Golf, pero cada uno ataca a un mercado diferente. El Lavida es un sedán que se enfoca en el confort de los pasajeros, pues en su versión más equipada, viene con quemacocos, asientos forrados en cuero, control de velocidad, climatizador y sensores de estacionamiento. Hasta ahora, muy completo. Sin embargo, en el apartado de seguridad encontramos tan sólo ESP, airbags laterales y frontales y ABS del más básico.
Por el otro lado, tenemos al VW Bora en una versión que también es exclusiva de este país. Éste viene equipado con ABS, ESP, airbags laterales, frontales y de cortinilla, climatizador, reproductor de CD, sistema de navegación y transmisión de 6 velocidades, entre más. Es interesante notar que a este Bora se le incorporó otro frente y otro trasero. Adelante vemos unos faros y parrilla prestados del Eos, que VW muy astutamente justificó como una inspiración en las figuras chinas de un león danzante. Atrás, las calaveras son más prominentes, muy al estilo de los autos chinos.
La importancia de esto es que las marcas están atendiendo hoy más que nunca, a su mercado. La importancia de construir un auto enfocado para un grupo de gente específico radica en la imagen de la marca, la cual repercute directamente en las ventas. Hoy en día no es suficiente fabricar buenos autos, hay que asegurarse de que el mensaje que dan estos productos llegue justo a la persona que le va a entender. No hay nada como la empatía, no digamos de una persona, pero de una marca. La noción de que en algún lado, alguien está pensando justo en nuestras necesidades como individuos. ¿Hasta podría decirse que suena un poco a religión, no? Lo cierto es que las marcas llevan haciendo esto por décadas pero no es hasta ahora que esta estrategia es tan notoria. Como se dice por ahí, “al cliente, lo que quiera”.
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