La renovación del 9-3 busca refrescar la imagen del sedán más vendido de la casa nórdica, con una apariencia más robusta pero sin perder ese aire orgánico tan inherente al diseño escandinavo.
No cambia la plataforma pero estrena motores que usan biocombustibles como etanol y biodiesel, sin dejar de lado los tradicionales propulsores a gasolina.
Entre los cambios interesantes figuran los nuevos calibrados de la suspensión, que le otorgan una mejor sensación de manejo, así como interiores renovados orientados hacia el conductor.
Como siempre, los motores turbocargados son la pauta y característica singular de estos coches. El más interesante es el propulsor a diesel que recurre a dos turbinas de distintos tamaños en ciclo combinado, lo cual hace perder por completo la famosa turbodemora. Su potencia es de 180 HP mientras el par oscila en los 400 Nm.
En cuanto a los BioPower, el 2.0 T de gasolina alimentado por E85 logra una potencia de 200 CV sin incumplir las estrictas normativas europeas de emisión de contaminantes.
Aunque la presentación incluye las tres carrocerías disponibles en Europa, sedán, convertible y station wagon, sólo la primera llegará a nuestro país en el último trimestre del presente ejercicio.
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