sábado, octubre 28, 2006

Viaje a la Riviera Maya - La llegada

Todo comienza el 17 de Octubre de 2006 a eso de las 6:00 a.m. Me levanté a bañar, pues quería tener agua caliente suficiente para mi. Me arreglé y me vestí. Al poco rato, me llamaron para bañarme, y se llevaron la sorpresa de que ya estaba arreglado. Me quede en mi cuarto, escuchando algo de música. Y a eso de las 7:30, baje a desayunar algo de rápido. Después pedimos el taxi. Pasaron 10 minutos y no llegaba. Al poco tiempo llegó. Se confundió de entrada. Abordamos el taxi y nos dirigimos hacia el aeropuerto, la puerta 6, al mostrador de Magnicharters. Ahí nos encontramos a dos alumnos de mi papa: Martha y Beto. Documentamos maletas, y nos fuimos a desayunar, pues nos estaba esperando Luís Ramón en el Freedom’s de la sala internacional. Desayunamos muy rico. Para esto, ya eran casi las 10:00 a.m., hora en la que nos dijeron que teníamos que pasar a la sala de espera. Mi mamá y yo fuimos a hacer un pago en Bancomer, y ella me dio algo de dinero, con lo que le cargue crédito a mi celular, y compre mi Automóvil Panamericano Le llamé a Shin dos veces y no me contesto. A los dos minutos, me envía un mensaje de su otro celular diciéndome que no tiene saldo en ese celular. Le envío un mensaje diciéndole que estoy en el aeropuerto, y que solo quería decirle que ya casi abordaba el avión. Me deseo buena suerte.

El vuelo fue un vuelo especial para los Controladores, puesto por Magnicharters a una tarifa de risa. El jefe de pilotos de la aerolínea envió un mensaje de felicitación a los controladores, y pues nos enfilamos hacia la Riviera Maya. A bordo degustamos un delicioso almuerzo, acompañado de un Bloody Mary; algo fuerte, por cierto Había tres vuelos de diferentes aerolíneas con controladores programados para llegar al aeropuerto de Cancún. Los tres arribaron con una diferencia de dos minutos entre vuelo y vuelo. Un autobús fue por nosotros al descender del avión. Mis papás cometieron la imprudencia de fumar, cuando ya iban a bajar las maletas. Yo, histérico, pues eso lo podían hacer en el hotel. Y si, lo podían hacer, solo en áreas abiertas, pues el hotel era ecológico, mas adelante explicare algunos detalles.

Entro por el equipaje, pregunto en que banda pondrán el equipaje del Magnicharters, me dicen que en la banda 2. Me encuentro a Martha y a Beto. Les digo que el equipaje saldrá por la banda numero 2. Ahí vamos de mensos. Y cual va siendo nuestra sorpresa, que el equipaje que salió, es el del Avicaza. Preguntamos a una encargada de Magnicharters; ella nos da la información correcta: saldría por la banda numero 3. Recogimos las maletas, y Aurora, la contadora del ahora Colegio de Controladores de Tránsito Aéreo de México (COCTAM) nos reunió y nos dirigió a los autobuses, los cuales nos llevarían al hotel.

El Barceló Maya Beach Resort es un complejo de 4 hoteles ubicado en la costa del estado de Quintana Roo, en la zona conocida como la Riviera Maya. Este complejo hotelero esta a 75 kilómetros del aeropuerto internacional de Cancún, y a 85 kilómetros de la ciudad. Esta asentado sobre 2 pequeñas bahías, y en donde estas se unen, tiene un muelle para que sus huéspedes puedan salir de pesca o a disfrutar del buceo en los arrecifes cercanos.

El complejo tiene 4 albercas, cuatro bares de alberca, 5 restaurantes grill, 6 restaurantes de especialidades, 4 restaurantes buffet, discoteca, centro comercial, agencia de viajes, enfermeria, club de niños, centro de negocios, SPA y programa de actividades.

Llegamos al hotel después de una hora de camino, aproximadamente, todos exhaustos. Al llegar, nos recibieron con una piña colada. Mi padre, se iba a registrar, pero, como pasaría en el resto del viaje, cualquier actividad, por simple que parezca, conllevaría conversaciones con todos sus conocidos. Se registró después de una hora y 4 piñas coladas. En cuanto fui poseedor de la llave de la habitación, corrí a revisarla y a esperar el equipaje, no sin antes ver el mar por primera vez y llamar a Shin desde la playa, para decirle que el mar estaba hermoso. Después me dirigí a mi habitación. El equipaje llegó, y le di la propina al tipo. Al poco tiempo, llegó mi papá. Me ayudó a quitarle el seguro a la maleta. En cuanto estuvo en posibilidades de ser abierta, saqué mi traje de baño, me cambié y me quité los lentes de contacto. De ahí, a nadar. La alberca estaba deliciosa. Y, para refrescarme me tome una piña colada.

Al poco rato, fui a comer al grill “El mariachi”, y me encontré a mis papás. Degusté una deliciosa ensalada, con vinagre balsámico, y aceite de oliva, además de una hamburguesa y un pequeño pie de crema y fruta, todo esto con un daiquirí de fresa.

De ahí a cambiarse para el cóctel de bienvenida. Me puse un pantalón blanco, camisa de rayas verticales azul, y mis tennis. Dieron el programa de la reunión. El desayuno inaugural sería al día siguiente a las 8:00 a.m..

Al poco rato, y después de platicar con algunos controladores, nos dirigimos a cenar al restaurante buffet que nos correspondía por el hotel en el que nos quedamos (recuerden que son 4: Beach, Caribe, Colonial y Tropical. Nos hospedamos en este último). Una variedad de alimentos muy buena. Comí pasta, algo de carne, jamón serrano, salmón y un brownie. Tome un daiquirí de limón.

De ahí, a la discoteca. Cosa extraña, eso de ir con papas. Me sentía raro. Al poco rato, uno de los alumnos de mi papa con los que me llevo muy bien, me jalo para el grupito. Nos quedamos a cerrar la disco, jejeje. Bailé algunas piezas y seguí bebiendo margaritas, daiquiris, piñas coladas, y uno que otro suero, para no caer fumigado.

Llegue a mi habitación a las 3:00 a.m. Lo mejor del viaje estaba por venir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola Doffo!

Hmmm, por lo que veo, pinta interesante el resto del relato, así que lo esperaré con ansias.

Un saludo desde el helado Canadá. Brrrrr

Doffo dijo...

Gildardo:

Pues si, pinta algo interesante, esperemos seguirle avanzando,, y acabarlo pronto, pues aun faltan 4 partes.

Saludos desde una templada ciudad de México