sábado, abril 22, 2006

Peugeot 206 CC a vapor

Tiene la potencia de 15 autos Bugatti Veyron. Su aceleración produce 5G.

Incluso nosotros, que estamos acostumbrados a que los tuneros a cada rato nos sorprendan con inventos que parecen imposibles, dudamos que tal hazaña pudiera ser cierta. Pero Pascal Dragotto ha demostrado una vez más que no hay límite para el ingenio.
Y no es para menos, porque este inventor mandó a volar bielas, pistones, válvulas y todos los desarrollados conocidos a partir de que Karl Benz patentó el primer coche de motor de combustión interna en 1885; para construir este 206 que se echa al coche que le pongan enfrente.
¡Viva la France! Este ocurrente franchute retomó los conocimientos de Étienne Lenoir, un compatriota suyo que puso sobre ruedas una máquina impulsada por gas de carbón en 1883, y los aplicó a este 206 con todos los adelantos tecnológicos que el tiempo brinda. Los privilegiados que pudieron ver con sus propios ojos este cohete sobre ruedas -nunca mejor dicho-, fueron nuestros colegas galos de Maxi Tuning, que un buen día decidieron comprobar si era cierto lo que declaró Dragotto en el Paris Tuning Show 2005.
Y es que la afirmación es para poner a dudar incluso al más devoto, Tribu, estamos hablando de Q-U-I-NC- E M-I-L caballos de fuerza. En otras palabras, se las arregló para generar la potencia de 15 Bugatti 16.4 Veyron y comprimirla en la cajuela de un Peugeot 206; ¡increíble!
¿Un lindo gatito? A primera vista, esta nave no parece más que un 206 bien tuneado, pues trae un kit aerodinámico Parotech (fascias, faldones y salpicaderas), cofre y cajuela de fibra de carbono, rines TSW de 18”, amortiguadores Koni, frenos AP Racing y vidrios entintados que esconden un interior más pelón que el Bofo Bautista.
Al más puro estilo de los coches de carrera, están los asientos y los instrumentos estrictamente necesarios. Acaso lo único que revela algo de la fiera que hay en esta nave es el enorme escape que sale de la cajuela.
Y es que al abrirla, ¡oh, sorpresa!, no hay espacio pa’ las maletas, sino un enorme tanque, que es el motor de este “gatito”. Pero lo más locochón de esta nave es que, literalmente, anda volando bajo, pues cuando el motor libera Funciona igualito que la que usa tu jefa pa' cocinar frijoles... bueno, casi igual. todo su poder... ¡las ruedas se despegan del piso!

No lo intenten en casa. Pero ha llegado el momento de responder la pregunta que seguramente se vienen haciendo desde que comenzaron a leer esto: ¿cómo lo logra? La cosa es simple: el tanque lleva 100 litros de agua, los cuales calienta con tres grandes resistencias, que generan 380 volts.
Cuando la presión del vapor alcanza los 40 bares, el piloto abre una válvula y el vapor sale con una velocidad de 600 metros/segundo. Esto es un empuje de 3.1 toneladas, equivalentes a unos 15,000 cuacos o la fuerza de un avión caza. ¡Jijo de su...!
Adentro, literalmente quedas aplastado contra el asiento, pues la presión alcanza las 5G (cinco veces la fuerza de gravedad)... y es que algún precio hay que pagar por alcanzar los 343 km/h en sólo 2.5 segundos.
No queremos ni mencionar cuánto tiempo invirtió Pascal en lograr su sueño, solamente diremos, como el slogan de una tarjeta de crédito, que hay cosas en la vida que el dinero no puede comprar. Y una de ellas es hacer de tu coche el más rápido del mundo... aunque sólo sea por cuatro segundos.

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