martes, abril 25, 2006

Primeras pruebas del Mazda MX-5 en Mexico

Antes de la presentación de cualquier modelo, las marcas realizan evaluaciones que procuran satisfacer al máximo las necesidades de los futuros clientes. AUTOMOVIL Panamericano atestiguó en exclusiva las del Mazda MX-5 antes de que llegue a las agencias.
En este medio he escuchado infinidad de ocasiones la pregunta ¿por qué no traen tal o cual coche a México? Con la cantidad de modelos que existen en nuestro país, tal vez se ha perdido la dimensión de lo difícil que le resulta a las marcas “traer” un nuevo vehículo. Para poner en perspectiva esta ardua labor, le pedimos a Mazda que nos invitara a atestiguar las pruebas de validación del MX-5. Pero, ¿por qué probar? México es un país con exigencias muy particulares. El primer reto para cualquier armadora que quiera vender coches aquí son las condiciones topográficas, el segundo –y no por ello menos importante- el uso y abuso de los conductores mexicanos: usar los frenos demasiado, acelerar intempestivamente, no hacer los servicios oportunamente, cruzar baches y topes con rapidez, etcétera, etcétera...
En contraste, en sus mercados de origen, los autos ruedan sobre calzadas más lisas, y están sometidos a menos maltrato. Durante su desarrollo, cada uno de los componentes del MX-5 fueron probados individualmente, ya sea por los proveedores y/o por la marca; luego, se ensamblaron prototipos con los cuales se experimentó el comportamiento de dichas piezas trabajando en conjunto y, después, mediante recorridos extenuantes se evaluaron algunas unidades en condiciones extremas.


En México, las pruebas se dividen en dos: las que buscan la satisfacción de los clientes y las de homologación, que son necesarias para el gobierno (consumos de combustible y niveles de emisiones). Las del primer tipo son de una relevancia primordial para las marcas, debido a que su buena realización tendrá como consecuencia una imagen favorable ante los compradores y, por consiguiente, ante el resto del público.
El objetivo es comprobar que se han alcanzado los lineamientos originalmente planeados para algún modelo, por ejemplo, rendimiento, consumos, insonorización, “manejabilidad” y calidad de marcha, entre muchos otros. En el caso de Mazda, el cumplimiento de los atributos se comprueba con la participación de los departamentos de ingeniería, ingeniería de producto (que no son lo mismo), planeación de producto, evaluación de vehículos y hasta de mercadotecnia.
Pues bien, para la evaluación de atributos del MX-5, nos incorporamos al equipo en esta, que es la última fase. La prueba consistió en un recorrido que comenzó muy temprano con dos MX-5 y un Mazda 6 de apoyo, a través de los estados de México, Morelos y Guerrero, el cual es muy exigente, y saca a relucir los defectos de cualquier coche. “Las subidas de Cuernavaca hacia Tres Marías se combina con la temperatura en ascenso de los sistemas y a la gasolina adulterada que se vende en rumbos cercanos a Guerrero, produciéndose grandes cantidades de gases.
Si algo funciona mal, el olor a gasolina será inevitable, pero esto será lo de menos, ya que el motor se va a jalonear y hasta puede apagarse”, nos dijo Claudio Arango. Las anteriores experiencias de Mazda hicieron mucho más fácil afinar este auto, ya que los cambios necesarios que fueron detectados en los modelos 3, 5 y 6, también se incluyeron en el MX-5.
De todas formas, los ingenieros pidieron un radiador de mayor capacidad y neumáticos diferentes a los antipinchazos, que restan algo de confort debido a que son más pesados. Sería imposible satisfacer las exigencias de todos los clientes, pero estas pruebas garantizan que un 95% de los usuarios no tendrán problemas de ningún tipo con sus coches. Lo ideal sería hacer coches indestructibles con rendimientos fenomenales, pero esto es imposible a un costo moderado.
Como es de suponerse, el buen funcionamiento de un automóvil le conviene en primer lugar a las armadoras, ya que un cliente feliz será fiel a la marca y hablará bien de ésta. Si usted se pregunta ¿qué hacen las marcas con los prototipos de pruebas?, esta historia no tiene un final feliz: su inevitable destino es la destrucción, ya que después de tantas pruebas y alteraciones, no son del todo confiables y sería muy costoso dejarlos como seminuevos.
Luego de reportar los cambios y darle un “OK” final al modelo, en el momento que usted lea esta nota, la fábrica del MX-5 en Japón ya habrá ensamblando los varios vehículos que vendrán a México, los cuales tendrán las modificaciones necesarias para soportar nuestro territorio y a sus exigentes pobladores.

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