El jurado de los reconocidos premios que entrega cada año el conglomerado inglés UKIP Media & Events Automotive Magazines, estaba integrado esta vez por 61 reconocidos periodistas especializados de 29 países que hicieron el reconocimiento en una ceremonia que se llevó a cabo en la Exposición de Motores que por estos días se realiza en Stuttgart (Alemania). Audi es la primera casa automotriz en combinar la tecnología de inyección directa de gasolina (FSI) con turbocargadores en los autos de serie.
Una vez más los jurados resaltaron la capacidad de arrastre del motor, así como su utilidad para el día a día. El amplio rango del torque permite un muy eficiente y económico estilo de conducción. Sólo con mínima presión sobre el pedal del acelerador se logra gran potencia y velocidad. El 2.0T FSI tiene capacidad para rendir en tres diferentes niveles que van desde los 170 hasta los 220 HP, pasando por los 185.
Con la tecnología FSI la gasolina es inyectada directamente en la cámara de combustión. El inyector, ubicado en el lado de admisión de la cabeza del cilindro, es alimentado por un bombeo de alta presión producido por el árbol de levas y la presión del depósito compartida por todos los cilindros –el sistema common rail. El motor 2.0T FSI logra un radio de compresión de 10.5:1, una muy alta cifra que generalmente sólo se puede conseguir con motores de aspiración tradicionales.
Esto, junto con las ventajas de la inyección directa de gasolina, juega un papel muy importante a la hora de incrementar la eficiencia termodinámica comparada con la de los motores de inyección múltiple o los de turbo convencional. A pesar de que la versión de 200 HP tiene un impresionante par máximo de 280 Nm disponibles desde las 1,800 rpm, los ingenieros de Audi no se duermen en los laureles. “Nuestro objetivo es conseguir más de 300 Nm a menos de 2.000 rpm”, dijo tras recibir el premio Rolf-Friedrich Dornhöfer, director de desarrollo de motores de Audi.
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